Imanes Permanentes

Un imán permanente es un elemento que puede mantener el estado de magnetización. Este tipo de imán puede contener su magnetización sin la necesidad de un soporte externo como una energía eléctrica para conservar su campo magnético activo.

Los imanes permanentes según su proceso de producción existen 4 tipos: imanes de neodimio, imanes de ferrita, imanes de samario e imanes de alnico.

Dependiendo del tipo de imán, este tendrá unas propiedades específicas como: la fuerza de magnetización, la coercitividad, la remanencia, la corrosión y la temperatura. Posteriormente dependiendo de estos se destinarán a un tipo de aplicaciones u otras.

Un imán permanente es fabricado con materiales duros que son imantados manteniendo sus propiedades ferromagnéticas hasta su desmagnetización. Los imanes permanentes tienen un campo magnético que como su propio nombre indica son permanentes. Estos imanes están compuestos de dos polos, el polo norte y el polo sur, los cuales las cargas opuestas se atraen mientras que los polos iguales se rechazan.

La fuerza de un imán permanente depende del tamaño y del tipo de imán. En cambio, la calidad de un imán depende de: la intensidad del campo magnético o remanencia y de la resistencia a la hora de ser desmagnetizado. Así como de la fuerza de atracción y coercitiva. La temperatura a la cual se somete es establecida según la clase de imán permanente, si se supera la temperatura establecida, el imán permanente podría perder sus propiedades.

Los imanes permanentes se pueden encontrar de varias formas como discos, aros, bloques, segmentos entre otras formas. A la hora de seleccionar la forma que utilizaremos debemos tener en cuenta la aplicación a la cual lo queremos destinar.

Algunos imanes necesitan un recubrimiento para que hagan la función de protección ante la corrosión. Gracias a esto alargamos el tiempo de rendimiento. Los recubrimientos pueden ser de níquel, teflón, epoxi, caucho, nylon entre otros.

Los sectores más habituales a los que se han destinado los imanes permanentes son: la automoción y la medicina. De la misma manera se pueden utilizar en varias aplicaciones, pero las más usuales son: instrumentos médicos, motores eléctricos y generadores.